NADA QUE PERDER

Vaya año que fue el 2022. Nuevamente me encuentro sentada frente a la computadora escuchando las ideas en mi cabeza de cómo debería escribir y resumir tantas cosas en tan pocas palabras...eso y escuchando mi nueva estación de radio favorita en la que pasan música de los años 80s únicamente. Mi última entrada en este blog fue a mediados del 2022, un año que sólo puede ser descrito como una montaña rusa de emociones; ni buenas ni malas, simplemente bellas emociones humanas. El verano pasado tuvimos pérdidas muy fuertes en nuestras vidas, pero justo antes de comenzar el otoño llegaron noticias maravillosas a nuestras vidas: Nils y yo nos comprometimos; pronto nos casaremos y seremos espocitos. Celebramos una navidad muy tranquila en familia aquí en Alemania y cenamos mucho. El año pareció haber terminado muy bien...casi perfecto...de no ser porque me enfermé de Coronavirus.

Ya estaba yo celebrando mi récord de haber pasado casi 3 años sin infectarme de Covid, pero nunca hay que cantar victoria antes de tiempo, pues justo el 25 de Diciembre comencé a sentirme mal. Pero créanme que incluso de estas experiencias poco gratas también se aprende y se saca algo bonito y justo es de esta última semana del año de la que quiero hablarles.

Quién soy yo para decirles lo que tienen que leer, o hacer con su tiempo libre, pero si deciden seguir leyendo, les agradecería mucho, y me haría muy feliz saber que mis palabras han llegado hacia otro rincón del planeta. Desde mi llegada a Alemania me había estado refugiando en un pequeño pero inexistente lugar: mi celular. Estar en otro país donde no se habla tu idioma materno, y donde se debe convivir con otra cultura hace que la experiencia de estar presente en un lugar y en un momento sea más difícil (ya de por sí me cuesta ser una persona con batería social, se desgasta mucho más aquí en el extranjero). Es por eso que opté por refugiarme en el nido de las redes sociales,y no me malentiendan, me encantan! Me divierten muchísimo, pero después de 5 años de estar constantemente pegada a ellas al fin ha llegado la hora de "pagar las cuentas" de la adicción a las redes.

Bueno, parece que les estoy hablando de drogas, jajaja, o como si fuera una persona que de plano ha puesto su vida en riesgo por su celular, pero...casi va por ahí el asunto. Yo creo que la mitad de mi día podía estar pegada al celular haciendo absolutamente nada, tomándolo, viendolo, viendo fotos de desconocidos, tiktoks infinitos y revisando notificaciones. Ya no había actividad en mi vida que no tuviera mi celular presente: Cocinando? Se me quemaba varias veces algo por estar viendo tiktoks. Antes de dormir? No podía dormir si no pasaba por lo menos una hora en el celular. Al despertar? Lo primero que pensaba era: dónde está mi celular. Y es que la adicción al teléfono sí existe. Quizás lo mío era algo relativamente tranquilo, pero ya comenzaba a notar cómo mis dedos habían cambiado de forma por tanto que tenía el celular en la mano; pude notar como mis ojos ardían de estar pegada a la pantalla y aun así no hacía nada al respecto. Por último y lo más grave a mi parecer fue que comencé a notar que mi ritmo nocturno cambió y a veces dormía 4 o máximo 5 horas...todo por estar en el celular...sin mencionar que mi capacidad para poner atención disminuyó (todavía más).

Y es que todo funciona así: "Si sigo bajando en las publicaciones quizás encuentre algo más interesante, algo entretenido, algo que me distraiga tantito". Y qué tanto es tantito. Sin mencionar que como ilustradora independiente y la interminable y campante lucha por hacer brillar mi trabajo me sentía obligada a publicar mis dibujos, y es que los que queremos crecer en el mundo del arte nos vemos obligados a alimentarnos de las migajitas de LIKES y ME ENCANTA que nos dan las redes sociales...y esto nos lleva a menospreciar nuestro trabajo porque "Si realmente fuera talentosa tendría muchos likes...si de verdad fuera buena dibujante tendría muchos seguidores"...y comencé a llamarme inútil y mediocre. Dibujar, una de mis mayores fuentes de alegría, ya no me hacía tan feliz.

Pues bueno, ya estaba empezando a sentir estos efectos secundarios, pero no hacía nada al respecto...y no fue hasta el pasado 27 de Diciembre que, platicando con una querida amiga, salió el tema de las redes sociales y cómo ayuda estar sin ellas, en especial si quieres dedicar tu tiempo a algo importante como la escuela, projectos personales, y por supuesto, tus seres amados. A estas alturas del año no simplemente me sentía absorbida por las redes sociales, sino también enferma de Covid, y qué hice los primeros días en vez de descansar? Tomé mi celular. Buscaba algún tiktok divertido para ver mientras moría de dolor de garganta pensando en que ni siquiera quería verlos, pero no lo podía dejar de lado. Justo en uno de los días que más enferma me sentía salió el mismo tema con otra querida amiga...creo que aquellas charlas con ellas eran la señal (o el empujoncito) que necesitaba para al fin decidirme a dejar de usar las redes sociales. Así que tomé el teléfono, di click, y borré todas las aplicaciones que me hacían perder el tiempo...y sentí algo que nunca había sentido con las redes sociales:

Tranquilidad.

Seguida de una pequeña ansiedad, jajaja, porque ahora sí no había lugar a donde ir para perder el tiempo.

Se los juro que suena exagerado, pero haberlas eliminado de mi telefono me ha hecho sentir mucho mejor, y mucho más feliz. Pero sobre todo mucho más productiva...y descansada de mi Covid.

Cuando comencé a sentirme un poquito mejor de Coronavirus tomé de nuevo mi libreta y comencé a dibujar tanto como hace años no lo hacía. Obviamente entre las clases de la Universidad y tareas en casa tengo que repartir el tiempo, pero el tiempo libre que me quedaba lo usaba para estar en el celular. Y ahora en cuarentena pude hacer muchos, muchos dibujos muy bonitos que quiero enseñarles, pero como ya es un texto demasiado largo lo dejaré para mi siguiente entrada.

Esto también me ha hecho pensar en que quisiera ser una artista sin redes sociales, pero sé que vivimos en tiempos modernos y es prácticamente imposible vivir sin ellas ahora. Por eso seguirán teniéndome por aqui aunque no con frecuencia :) mis dibujitos tienen que ver la luz del mundo, y obviamente quiero seguir en contacto con mis amistades del otro lado del mundo.

Y claro, es irónico publicar esto en mis redes sociales, pero no se trata de odiarlas o venerarlas, se trata de utilizar nuestras herramientas de manera correcta y prudente.

Bueno...Es todo por ahora! Quizás el proximo viernes me vuelvan a leer por aqui.

Muchas gracias, que tengan buen inicio de año, y feliz día de reyes :3

xoxo

F.

Comentarios

Entradas populares